Nuestro cuerpo, nuestro maestro


NUESTRO CUERPO, NUESTRO MAESTRO

El cuerpo constantemente es nuestro maestro a través de diversas manifestaciones como el dolor, la enfermedad, la alimentación, peso, desórdenes alimenticios, ajustes personales o en hábitos y estructuras de vida, etc.

El cuerpo nos guía a conectarnos en el aquí y en el ahora, a estar presentes y es la base de cualquier conexión en nuestras relaciones. Deepak Chopra dice: “nuestro cuerpo no es nada menos que un universo en movimiento. Reinventar el cuerpo significa cambiar todo el universo”.

Tu cuerpo es la máquina más extraordinaria que existe y su funcionamiento está sumamente ligado a la manera en que nos alimentamos, pero también a la actitud que tenemos ante la vida. Es importante tomar consciencia que nuestra forma de alimentarnos corresponde con nuestra forma de vivir. Al observar tu forma de alimentarte puedes identificar cómo las costumbres y creencias se manifiestan en tu alimentación, incluso las familiares. Al observar tu forma de alimentarte observarás cómo estás influenciado por tus costumbres, el impacto de tu mente y si lo miras más profundamente, el impacto emocional. ¿De qué forma te alimentas?

La salud se basa en la conexión con nosotros mismos y nuestro cuerpo, con la naturaleza y con todo lo que nos rodea. Si en este momento de tu vida estás intentando generar cambios de estructura o de hábitos que impacten tu salud, has decidido dar un paso importante para generar conexión contigo mismo e iniciar el camino del bienestar.

Todas las personas tenemos una historia particular sobre nuestro cuerpo y nuestra salud. Este es un buen momento para empezar a escuchar tu cuerpo, el cual es un espejo de tus pensamientos, creencias y emociones. Si tienes un problema de salud esta es una invitación a que realices un cambio y a que te ames. Si sientes alguna inquietud en probar alguna nueva forma de hacer ejercicio, hacer un detox, dormir más o intentar una manera diferente de alimentarte, es tu cuerpo guiándote hacia el cambio que necesita. No es sólo materia, no está aislado de tu cuerpo mental y emocional, es la máxima manifestación física de tu ser y seguramente te está pidiendo un cambio.

Los cambios generan naturalmente resistencia, nos sacan del área conocida donde sabemos perfectamente cómo comportarnos, donde nada nos sorprende. Esta área conocida no siempre es cómoda.

El cambio es signo de movimiento y de evolución, nos pone en la incomodidad de brincar a la zona de los milagros y por ello se pierde el control, sentimos vulnerabilidad, nos encontramos con la incertidumbre y no hay respuestas ni procesos definidos. El control viene del miedo y falta de confianza, del apego y estructuras rígidas. El cambio nos lleva a fluir como agua, a ser flexibles y humildes.

Estos cambios que estás generando tienen un propósito incluso superior a lo que tu hoy conoces, es el principio de un proceso de reencontrarte o transformarte. Es una oportunidad. Date el permiso de sentir la incomodidad, la incertidumbre, la resistencia y simplemente obsérvate sin juicio, sin miedo, confiando que es sin control y sin respuestas donde se abren las posibilidades, se abren los caminos a un mejor estado. Felicidades por escuchar la guía de tu cuerpo. 

Si en algún momento el inicio de este cambio te genera mucha resistencia o ansiedad te recomiendo escribir sobre ello y romper esas hojas sin leerlas. En lugar de buscar alimentos no permitidos o boicotear tus cambios, escribe todo lo que sientes y piensas, sin juzgarte, sin criticarte. Solo expresándote. 

Sé paciente y amoroso(a) contigo en este proceso. Conéctate con el amoroso y sensorial acto de nutrir tu cuerpo. Piensa que si tienes pensamientos negativos sobre tu cuerpo y sobre ti mismo, observa tu resistencia a la alimentación y ejercicio. ¿Tu manera de relacionarte con tu cuerpo, la alimentación y el ejercicio te dice algo de tu historia, de la historia de tu familia o de una experiencia específica? ¿La manera en que te alimentas muestra amor a tu cuerpo? ¿Tus hábitos físicos de qué manera impactan la forma en la que vivirás a futuro?

Cualquiera que sea el cambio que tu cuerpo te está pidiendo, te hago las siguientes recomendaciones para que puedas ser tu mejor apoyo:

  1. Apóyate de profesionales. Escoge con quien sientas química, eso es importante para tu proceso.
  2. Aprende sobre tu cuerpo. No basta con apoyarse de profesionales, es importante leer y aprender sobre los procesos a los que se someterá tu cuerpo en este cambio, leer libros, blogs o escuchar podcast sobre personas que ya pasaron por este proceso.
  3. Elimina los elementos y factores a tu alrededor que has normalizado que pueden hacerte dudar o fallar en tu compromiso y perseverancia.
  4. Lleva una bitácora de tu proceso, anotaciones y seguimiento. Revísalo periódicamente y haz los ajustes necesarios para llegar a tu objetivo.
  5. Flexibilidad. Todos los cuerpos y sus procesos son diferentes, sé flexible con los diferentes momentos y retos a los que te enfrentes. Busca el aprendizaje.
  6. Comparte tu meta con gente que te apoye y te impulse en momentos difíciles.
  7. Lleva un diario de agradecimiento y reconocimiento. En donde escribas todo lo que te agradeces y el reconocimiento de que hayas cumplido o logrado el objetivo diario que te llevará al final.
  8. Fija un premio para cuando logres tu objetivo. Compártelo con alguien de confianza.
  9. Decide que eres lo más importante, sé el protagonista de tu vida.
  10. Sé paciente y amoroso(a) contigo mismo(a), ve paso a paso.
  11. Hazlo simple y cómodo
  12. Sé coherente.

Fluye como el agua con tu proceso y sé tú mejor apoyo. El cambio y tu cuerpo es uno de los grandes maestros. Nos asustan e incomodan, nos lleva a buscar nuestro valor interior. El cambio nos muestra nuestra obscuridad para forzarnos a iluminarla y así reconocer nuestro poder, mostrarnos todo lo que somos capaces, a escucharnos y tomar decisiones que nos liberan y transforman. El cuerpo nos muestra la vulnerabilidad y siempre nos hace poner en perspectiva lo importante poniendo los pies en la tierra.

El cuerpo es un maestro, pero también nuestro más grande patrimonio. Ámalo y honralo.