Hay cientos de beneficios de hacer ejercicio: bajar el colesterol, subir el ánimo, reducir la tensión, mejorar las defensas y prevenir enfermedades, sentirse más fuerte y subir por lo tanto el autoestima, mejorar la condición sexual, conocer lugares especiales en la naturaleza, hacer amigos, ser más longevos, etc. (Cano, 2020) Está comprobado que quienes hacen alrededor de 30 minutos de ejercicio 3 o 4 veces por semana tienen mejor humor, viven más largo y utilizan músculos que de otra manera no se fortalecen. (Martínez, 2018) También es importante no hacer ejercicio sin consultar con un médico si hay alguna condición física como enfermedades, dolores o lesiones. Todos somos diferentes y el cuerpo habla.
En este artículo vamos a ver algunas recomendaciones para obtener las ventajas de moverse. No todas te servirán, pero si implementas una de estas, ya estarás sembrando bienestar. Fíjate cuál funcionará para ti, tomando en cuenta el espacio y tiempo disponible, tu edad y la intención de invertir tu energía en ejercitarte. Los réditos valdrán la pena y puedes ir incrementando prácticas y tiempos. Empieza siempre con metas sencillas, diarias y/o semanales y compártelas para mayor probabilidad de éxito.
Lo ideal es practicar deporte 3 o 4 veces por semana: natación, correr, jugar fútbol, montar bicicleta, caminar aceleradamente, jugar básquetbol, practicar equitación, hacer yoga, pilates, artes marciales, bailar, entre muchas opciones más. Si practicas estos deportes, se recomienda: calentamiento de mínimo 5 minutos, donde preparas al cuerpo con suaves estiramientos y movimientos para moverse a mayor intensidad. Entrenar la respiración, que sea calmada y te oxigenes bien. Tomarse al menos 20 a 30 minutos para la actividad. Enfriar 5 minutos para que el cuerpo logre volver a un suave ritmo cardíaco paulatinamente. Si es posible, contar con la guía de un coach deportivo y hacer deporte en el día, pues en la noche es posible que te cueste conciliar el sueño. Alimentarte con una fruta y dos galletas de avena o algo similar una hora antes de hacer ejercicio para tener energía y no estar en digestión. Hidratarte con agua previo al ejercicio y durante el día y utilizar el enojo o el coraje para con esa adrenalina hacer ejercicio y luego volver a estar más centrado y en un estado de ánimo positivo.
También puedes implementar estas opciones: Subir y bajar escaleras en lugar del ascensor. Caminar a la tienda, al trabajo o simplemente al hacer una llamada telefónica. Estar parado mientras escuchas una conferencia, puede ser en línea o en parte trasera de un salón. Regar plantas. Barrer. Hacer pocas compras de comida cada dos días e ir andando o en bicicleta con una mochila a obtenerlas. Si están los niños en clases en línea también puedes practicar con ellos su clase de educación física, jugar a las atrapadas en momentos libres o llevarles a un parque cercano o a una visita a pie.
Lo más importante para ver estos beneficios es la regularidad. Empieza por poco y asegúrate que lo practiques habitualmente. Una vez sientas el cuerpo más fuerte puedes aumentar la intensidad, o si sientes que es demasiado, bajarla. El cuerpo es una mina de oro de información, permite sentir lo que te dice y también retarlo a moverse más, poco a poco. Utiliza tecnología de vanguardia que te ayude a motivar, monitorear y mantener el hábito de moverse, cuenta con Habits.ai.