Tu cuerpo te escucha, ¿qué es lo que le dices?


TU CUERPO TE ESCUCHA, ¿QUÉ ES LO QUE LE DICES?

Amarse a uno mismo significa cuidarse, lo cual es fácil entenderlo, pero si miras a tu alrededor encontrarás muchas personas que no gozan de salud ni se cuidan, verás personas que en más de una ocasión han intentado cambiar o mejorar sus hábitos por unos más saludables y han desistido en el proceso. 

Todo empieza por el amor a uno mismo. Sin embargo, de lo que más padecemos los seres humanos es de autoestima baja y es por eso que el cuerpo nos habla. Nada puede ser creado o transformado en nuestra vida sin sentirnos tremendamente enamorados de la vida y de quienes somos. Si tu cuerpo con alguna enfermedad, llamada de atención de salud, con un accidente o cualquiera de las formas que tiene el cuerpo de llamar nuestra atención está pidiéndote que te ames más puedes empezar por lo más tangible, fácil y visible: tu cuerpo y por añadidura el amor propio se irá expandiendo a las otras áreas de tu ser. Empieza por incorporar un hábito, probar nuevas recetas saludables, empezar a hacer ejercicio 3 veces a la semana, meditar 5 minutos diarios, bajar las raciones de azúcar, cafeína o carbohidratos. Empieza por pasos pequeños pero lo más importante es que sean contundentes y constantes.

Cuando empiezas a escuchar tu guía interior, tu cuerpo, tus riñones, tu sistema digestivo y tu piel con amor, tu cuerpo empezará a mostrarte los cambios que debes implementar y las decisiones que ya no puedes postergar. ¿Qué mensajes te ha dado últimamente tu cuerpo? No puedes transformar algo que criticas, rechazas o niegas. El primer paso es aceptar tu cuerpo, mirarlo y empezar a amarlo tal cual es. Transformar tu cuerpo es llevarlo a su punto sano, natural y mejor versión, no modificarlo a través de los juicios o prejuicios. Solo puedes transformarlo desde el amor y respeto y que sean tangibles en acciones que implementes en el día a día. 

Los cambios no son implementados solamente a través de la intención o deseo. Deben llevarse a la acción. ¿Cuál sería la primera acción a incorporar en tus actividades diarias?

Asume el poder de tu salud desde el amor propio, la salud es un reflejo de tu interior. Permite que tu cuerpo te guíe para llevarlo a un mejor estado, a un estado de bienestar y salud. Permite que con ello te muestre el camino de regresar a tu corazón, reconectar y recordar cómo amarte. Si tu cuerpo no puede ser el de antes por una enfermedad o accidente específico, por un desorden alimenticio, una alteración de glándulas, o cualquier otro gran impacto, está bien; está bien que no pueda ser el de antes, está bien confiar en la guía de tu cuerpo. No te apegues al pasado de tu cuerpo o salud. Honra tu camino y aprendizaje; honra a tu cuerpo hoy. Tu cuerpo es la herramienta para transformar y consolidar tu poder interior, la expresión de tu cuerpo te guía para hacer los cambios. Sé fiel a tu esencia, alimenta tu espíritu y que se refleje en la nutrición, la activación de tu cuerpo y tus buenos hábitos. Te mereces lo que deseas.

No hay nada científico o médico para esto pero eso no niega una realidad: somos energía. Tus pensamientos, tu cuerpo, tus emociones, tus palabras tienen una vibración específica. Tu cuerpo sano y alegre presenta un nivel de energía ALTO y tu cuerpo enfermo o estresado presenta otro, uno BAJO. Hay que empezar a pensar en términos de energía en relación con nuestro cuerpo. Es el principio indispensable y original que debe marcar nuestra relación con el cuerpo y su estado. Tu voz tiene una frecuencia específica y poderosa que impacta el estado de tu campo magnético y por lo tanto de tu cuerpo. Procura hablar bien de ti y de tu cuerpo. Imagínate y decreta el estado físico que anhelas lograr, siéntelo e imagínalo. Actúa congruentemente con ello. Y este ejercicio de visualización y vocalización del estado físico que deseas hazlo un hábito diario.

El primer paso es aceptar tu situación actual, el estado de tu cuerpo y de tu salud hoy. No puedes amar algo que no aceptas.

El segundo paso, es eliminar las conversaciones internas, quejas, comentarios de autodescalificación, rechazo o las actitudes que fortalecen la mala relación con tu cuerpo. En la misma proporción incorpora actividades que puedan ayudarte a amar tu cuerpo porque es desde el amor que puede ser transformado. Puedes pararte todos los días frente al espejo y decirte declaraciones de aceptación, de amor y compromiso. Agradece las partes o estados de tu cuerpo que deseas transformar y trata de llevar esas circunstancias a un aprendizaje para que puedan terminar el ciclo en tu vida, para que puedas dejarlas ir desde un nivel preconsciente, consciente y emocional. Puedes apoyarte en este proceso con algo que genere un anclaje, como un aceite esencial, una loción o perfume, o incluso tu crema corporal. Cuando lo huelas o uses, te dices todo aquello que quieres escuchar de ti para poder empezar a aceptar, amar y transformar desde un estado positivo tu cuerpo para llevarlo al estado de salud y plenitud con fortaleza en la disciplina.

El tercer y último paso es desde el amor, paciencia y respeto empezar a implementar hábitos, acciones, cambios importantes que requieres para mejorar tu estado físico, tu salud y sobre todo, la relación con tu cuerpo. Es como un niño, es más fácil que te escuche y te obedezca si le hablas en un tono de respeto, claro y paciente, que a gritos y descalificaciones. Recuerda, tu cuerpo te escucha. 

Seguramente en algún momento volverás a los pensamientos, comportamiento y relación anterior y sentirás que fracasas pero no es así, sólo es un tropezón en el camino. Analiza las circunstancias para poder identificar las señales o elementos que te activaron nuevamente estos comportamientos o actitudes que quieres eliminar. Esa información te ayudará a fortalecer tus cambios, nuevos hábitos y evitar en el futuro que vuelva a pasar. Los procesos no son lineales, son cíclicos y tu cuerpo está vivo, no es un objeto. Desde ese lugar inicia tu transformación.

Escuchar nuestro cuerpo puede cambiar todo en nuestra vida, es nuestro más grande patrimonio. Lleva una bitácora de tu proceso y diseña un formato y apóyate en Habits para el seguimiento de tus nuevos hábitos .

El más grande reto es nuestra propia conquista, pero no es imposible y todo gran logro inició con pequeños pasos. Al escuchar tu cuerpo ¿Cuál es la dirección a la que te está guiando? Confía, eres capaz de sostener este proceso; permite que el trabajo de tu voluntad, disciplina y compromiso te muestre la versión de ti mismo que aún no has conquistado.