Los alimentos ricos en fructosa como los refrescos, dulces y jugos, son perjudiciales más allá del aumento de peso y el metabolismo lento.
Las bebidas azucaradas como la Coca-Cola y otras gaseosas, están directamente relacionadas con un mayor riesgo de enfermedad.
A medida que los triglicéridos resultantes del metabolismo de la fructosa se acumulan en el hígado, pueden dañar la función hepática o desencadenar enfermedad del hígado graso no alcohólico.
La enfermedad del hígado graso normalmente está relacionada con el consumo de alcohol, pero ahora se encuentra en niños que nunca han consumido alcohol
Eliminar las bebidas azucaradas y gaseosas es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud.
Los refrescos de dieta tienen edulcorantes nocivos y otros ingredientes que dañan la salud intestinal y el cerebro.
Si te encantan los refrescos, intenta beber agua con gas y limón u otra fruta.