Conciencia, Consumo y Coherencia
Autora: Carmen María Vallejo
Instagram: vallejocarmenmaria
“Ayer era astuto, y quería cambiar el mundo… Hoy soy sabio y me estoy cambiando a mí mismo”.
– Rumi
Aunque tenemos cada vez más conocimiento e información en cuanto a la salud, las estadísticas apuntan a que actualmente hay menos prácticas saludables como comer natural, hacer actividad física y otros hábitos que construyen a mediano y largo plazo una buena salud y bienestar. Roberto & Kawachi en el libro “Behavioral Economics”*, hablan sobre por qué esta brecha es tan grande en América. Primero, la manera en la que se presentan las opciones no siempre ayuda a que tomemos la decisión correcta para estar más sanos. También, en general, la gente se enfoca demasiado en lo que es más accesible, sencillo y de satisfacción inmediata, frente a lo que trae mejores resultados a mediano y largo plazo. El autor apunta que tenemos dos sistemas para tomar decisiones, el primero, más impulsivo y el segundo más analítico. En la mayoría de comerciales se apunta al primero que es más emocional y se deja llevar por placer inmediato, como es comer comida chatarra, fumar, tomar refrescos, u otros hábitos que llevan a deterioros en la salud más adelante. Por evolución, los seres humanos utilizamos mucho más el primer sistema para tomar decisiones, porque si analizaramos todo estaríamos paralizados. Además, la información nutricional que suele llegarnos tiende a ser compleja, en medidas números y porcentajes, y muchas veces es confusa. Por ejemplo, si la leche dice 2% de grasa, no significa que sea el 98% libre de grasa, en comparación a la leche entera, pues esta tiene 3,25% de grasa. Tendemos a sobreestimar el cumplimiento de planes futuros de ejercicios y dietas, subestimar los riesgos de salud de hábitos nocivos a largo plazo y escoger lo ya establecido como papas fritas o refresco de acompañamiento, porciones grandes de arroz o pasta y hábitos de consumo no sanos de la sociedad en la que vivimos. El autor plantea que los sistemas sociales deben promover más los comportamientos saludables con mensajes sencillos, concretos, que involucran emociones y se puedan repetir. Hay algunos cambios que se pueden ver como certificaciones, cursos e iniciativas empresariales y gubernamentales por generar hábitos más sanos y un planeta sostenible, En este artículo vamos a compartir algunas ideas que pueden encaminarnos a ser más coherentes con lo que sabemos que nos da bienestar, consumir con responsabilidad y dejar que la conciencia actué. Los negocios pueden proponer consumo excesivo y malo para la salud y el medioambiente; sin embargo las preferencias de los consumidores marcan la tendencia del mercado y la producción.
- Como consumidor: Elige mantener impoluto tu cuerpo, el de tus seres queridos y el mundo. Compra natural, local y en temporada. Elige productos de empresas con certificaciones sociales, ambientales y de calidad.
- Elige la vida… Empresas responsables con sus empleados, con el medio ambiente y con tu vida… Algunas certificaciones informan sobre lo que genera el producto que escoges: los productos de animales Kosher evitan el maltrato de los animales, los orgánicos tienen menos químicos y los ISO depende de su numeración, pero hablan de la calidad de los alimentos.
- Compra productos sanos, aunque parezca más caro, te ahorra enfermedades, malestares y productividad… la mejor inversión integral.
- Si las personas con las que compartes tienen buenos hábitos, inspírate en seguir su ejemplo, si no los tienen, inspírate en ser el ejemplo para mejorarlos. Propón a los que comparten comida contigo comer porciones adecuadas, más fruta o verdura o escoger agua como bebida, si no lo hacen todavía.
- Toma decisiones que contemplen el presente, Y el futuro. Si eres constante pronto serán la misma decisión inconfundible. Empieza pensando solo por hoy y haz esos pequeños cambios por tu bienestar.
- Genera la menor cantidad de basura. Lleva bolsas reutilizables para tus compras, fíjate en los empaques de lo que consumes, que sean biodegradables y si no sepáralos para ser reciclados.
- Ten premeditación sobre lo que compras (lleva la lista al súper) y cómo lo acomodas en la cocina para que esté disponible más fácilmente (fruta de temporada, zanahoria picada, pepino, cereales integrales, etc.).
- Busca opciones nutritivas y deliciosas para cuando tengas antojo de esa recompensa inmediata. Por ejemplo, chocolate con 60% o más de cacao, cacahuetes y palomitas.
- Ten ya tus preselecciones como ensalada de acompañamiento a la comida, empezar el día consumiendo fruta o que el agua sea la bebida de elección.
- En lugar de fijarte en las calorías o porcentajes de las porciones, mira la lista de ingredientes, que los que empiezan la lista son los que hay más y que sean en su mayoría naturales.
- Puedes mejorar el mundo actual y futuro, empezando por un hábito, por lo que consumes, por lo que transmites con tu vida… apóyate en Habits.ai
Referencia:
*Christina Roberto & Ichiro Kawachi. (2016). Behavioral Economics & Public Health. New York: Oxford University Press.