Cuando la información aparece con oferta ilimitada, hay muchos quehaceres y planes que queremos realizar, el bien más preciado es la atención. Por lo general, tenemos tareas pendientes, correos sin leer, demandas de trabajo y tareas domésticas y muchos programas que queremos ver, podcast que escuchar e información irrelevante que nos llega a los grupos de chat. Además queremos cuidar de nosotros mismos y compartir tiempo de calidad con los que amamos, hacer cursos y viajes. Frente a estos escenarios, la ciencia nos invita a escoger, y si queremos productividad, priorizar y evitar hacer varias cosas a la vez. En este artículo vamos a ver algunas ideas para manejar este tesoro con conciencia y a obtener de ahí mayor bienestar.
Prioriza tu bien y el de tu familia, cuidando que tanto los aspectos laborales y sociales construyan en ese sentido. Ten momentos sagrados para ti, para tu pareja y tus hijos. Dale importancia a las vacaciones, tiempo en naturaleza, el golf, la natación o cualquier actividad que sea de gozo. Primero cuida de ti.
Escoge el entorno según en qué te quieres enfocar. Lo ideal es tener un lugar para estudiar, uno para dormir, uno para trabajar, uno para comer y evitar interrupciones en cada uno de éstos. Si te das una vuelta por tu lugar de trabajo, por ejemplo, identifica qué objetos puedes quitar o poner para estar más enfocado. El orden físico evita distracciones y trae orden mental.
Dale tiempo y lugar a leer correos, revisar las redes sociales y ponle límites a ambos. Los estudios prueban que tener la tecnología a mano todo el tiempo, nos quita atención y presencia.*
Escoge lo más importante del trabajo y acábalo primero, más tiempo trabajando no necesariamente será más productivo. Dependiendo de qué tan largas sean las actividades, escoge una o dos para terminar a diario, ayudará a que tu atención se enfoque y estarás tachando pendientes. Puede ser necesario dejar para mañana alguna actividad cuando el cansancio lo amerite, pero lo primordial estará atendido.
Date tiempo de meditación o simplemente de respirar y observar lo que pasa interna y externamente. De ahí podrás diseñar estrategias y acordarte de lo importante. Para empezar puedes escuchar meditaciones guiadas, hacer un curso o juntarte con alguien que le guste meditar.
Respira y permítete estar presente, habitando tu cuerpo, escuchando, sintiendo. Habrá momentos en que quieras hacerlo para regalarle a alguien tu atención, otros para gozar de algo que te da placer, otros para mantener la calma. Muchas tradiciones afirman que estar en el aquí y en el ahora, es el secreto a la máxima felicidad.
Enfócate en lo que agradeces, lo que aprendes, las posibilidades positivas que las situaciones pueden aportar y cuando es posible, hazlo con sentido del humor.
Toma siestas de aproximadamente 20 minutos. El descanso en el día despeja la mente, da energía y nos predispone a tener una mayor productividad después.
Cuando sientas frustración o inconformidad, obsérvala y entiende qué pensamientos o situaciones te llevan a ese sentimiento, quizá ahí encuentres una forma de cambiar la situación y si no es posible, de aceptarla y transformarla para encontrar qué es lo que puede generar de positivo.
Genera hábitos positivos al hacerlo repetidamente y en un horario regular, gastarás menos energía en decidir y buscar espacio para hacerlos, apóyate en Habits.ai.