Hacer ejercicio, una forma de agradecimiento, amor y medicina natural.


Hacer ejercicio, una forma de agradecimiento, amor y medicina natural.

La mente es poderosa y podemos convencernos de excusas y razones para no hacer ejercicio, o podemos motivarnos y estar claros con ideas con las cuales permitimos manifestar la versión sana y feliz de nosotros mismos, la cual va a estar apoyada por espacios de movimiento. Podemos responder a las excusas, encontrando soluciones y animarnos con razones que nos lleven a cumplir sueños y vivir con bienestar y felicidad. 

Entre las mejores razones para hacer ejercicio, está el aprovechar las capacidades que tenemos para poder hacerlo, amarnos nosotros mismos y transmitir bienestar a los demás. Hacer ejercicio es invertir para el presente y el futuro, una forma natural y poderosa de salud física y mental. Puedes empezar por hacer rutinas de 30 minutos durante tres veces a la semana, caminar, correr, nadar, seguir un video o entrar a clases, prepararte para maratones o hacer yoga suave. Define cuánto es bueno para ti, lo cual puede ser progresivo.

Si tienes el espacio, la salud, la edad, de ahí pueden venir las ganas para hacer ejercicio. Sentir la maravilla de poder mover tu cuerpo, respirar, estar vivo. Me imagino un “yo” anterior o futuro, diciendo “si tuviera las condiciones, no dudaría en darme ese regalo”. La verdad es que mantener mejor masa muscular, oxigenación, ánimo y fortaleza, es una forma de agradecer el hecho de contar con esta oportunidad. No es algo que todo el mundo  tiene, hay gente con condiciones físicas, sociales o personales que no les permiten ejercitarse. Si tú lo puedes hacer, aprovéchalo viendo en la práctica la forma de agradecer circunstancias por las que accedes a este privilegio.

En las prioridades de bienestar, es saludable empezar por uno mismo, si estamos bien, es más probable que enriquezcamos la relación con la pareja, los hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o incluso desconocidos con los que nos encontremos a diario. Me comentó una amiga cómo después de hacer su ejercicio es mucho más paciente con hijos pequeños, es más cariñosa con su pareja y ve ese tiempo que antes sentía como “quitarle” algo a su familia o a su trabajo, como lo mejor que hace por ellos, pues el bienestar se transmite. Además, hay quienes inspiran y comparten hacer deporte con sus parejas, amigos, colegas y se convierten en un catalizador de su bienestar y el del otro en este aspecto también.

Muchas personas, para verse y sentirse mejor, pasan por complejas cirugías, toman medicamentos que pueden generar adicción o tener otros efectos secundarios o se someten a regímenes o tratamientos que al final pasan factura en la salud. Aunque hay casos en los que es necesario, el ejercicio moderado puede ser un regalo de amor propio que te haga estar y sentir mejor, por dentro y por fuera, aportando a la salud. Practica ejercicio para ti y ocúpate de disfrutar y repetirlo hasta que sea un hábito. Puedes apoyarte en Habits.ai