Puedes decidir quién eres
Por: Tania Velázquez
Últimamente he pensado en uno de los versos del poema no. 20 de Pablo Neruda: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. Y definitivamente así es. Sin embargo, a mi alrededor la mayoría lo vive con dolor. Yo hoy no lo vivo así, pero hace 14 años viví mi propia pandemia, crisis o caos. Todos tenemos esas experiencias de vida.
Bajo la bandera de la juventud tome decisiones importantes en mi vida que pronosticaban un cambio increíble de vida que incluso inspiraba envidias, incluía sueños que siempre había tenido como vivir en Madrid. Sin embargo, la vida me tendió una trampa disfrazando de “mi más grande oportunidad de ser feliz” la experiencia de vida que me transformó y agradezco porque eso me ha llevado a hoy verme al espejo y sentirme agradecida y cómoda con quién soy. Pero para que eso sucediera esa experiencia primero me destruyó desde lo más profundo de mi alma. Años después pude identificar que me destruyo desde lo más básico: mi identidad.
Yo creía que tenía una gran vida y en general había cumplido con el “Manual de Uso Básico de cómo ser feliz y exitosa en sociedad”. Esa experiencia me enseñó que yo no era nadie y no tenía ningún valor, que no merecía nada y que todo lo que quisiera emprender nunca lo lograría. Era falso, pero yo seguía apegada a la idea que tenía de QUIÉN era antes de esa experiencia.
¿Por qué te escribo esto? Porque quiero que sepas que no estás perdiendo nada. Todo lo que realmente necesitas está en ti y a tu alrededor. No son pérdidas, te están liberando de las cargas que no requieres para realmente conectar con tu esencia.
Si has perdido dinero es porque hay una manera mejor de conectar con la abundancia y requieres sanar tu relación con el dinero. Si has perdido dinero es para mostrarte que cuánto tienes no te define y eres más que lo que tienes.
Si has perdido libertad es para que encuentres la libertad en tus creencias y pensamientos.
Si has perdido las actividades que definían tus relaciones es para que te encuentres contigo y te preguntes cuáles son las verdaderas motivaciones de tus rutinas, compromisos y actividades.
Si has perdido el espacio u organización a la que perteneces, es para que sepas que no le perteneces a nadie ni el lugar donde te desenvuelves te define. Que tenías una visión limitada de quién eres y puedes ser y sin pertenecer ya no hay reglas que seguir y puedes inventar las propias.
Si has perdido la comodidad es para que nutras tu hogar desde tu corazón y cuides tus espacios.
Si te has sentido abrumado por quienes compartes este momento, es para sanar lo pendiente en esas relaciones y aprender a poner límites. Es una oportunidad para volar después sin arrastrar cadenas.
Si has sentido soledad en este momento, es porque vienes evadiendo la vida que realmente te ha venido hablando desde hace mucho tiempo y quiere mostrarte lo que realmente hay en ti para que tomes decisiones y tu vida sea sostenida desde la verdad de tu corazón.
Si has perdido la actividad que sabes hacer y que siempre te ha dado seguridad. Es para que descubras tus nuevos talentos y generes ingresos y nuevos horizontes a través de ellos.
Si has perdido balance es para que aprendas a prevenir y tener claras tus prioridades.
Si te has dado cuenta que estás enfocado en generar rutinas y hacer más productivo tu tiempo en casa porque ordenas, porque ves todas las series y documentales pendientes, y estás leyendo todos los libros que estaban esperándote, quizás es porque estás muy enfocado en el HACER y no en el SER. No hay manera correcta de vivir este momento.
Si has tenido que aprender rápidamente de tecnología, es para que aprendas flexibilidad y adaptabilidad.
Si cambiaron las estructuras que te sostenían es para que las cuestiones y reinventes desde nuevos valores.
Si vas lento es para que veas la prisa que te desconectaba, tu ansiedad y tu estrés.
Si has perdido seguridad y control es porque era una ilusión, es una invitación a confiar en ti, aprender a gestionar la vulnerabilidad e incomodidad de las circunstancias de la vida.
Si te agobia los nuevos retos que te plantean tus hijos es para que disfrutes más compartir y soltar el apego al orden.
Si te has sentido abrumado por tus emociones, es para que te sientas y te conozcas.
Si te sientes conectado con la escasez de “nada es suficiente”, “no dormí suficiente”, “no es suficiente el homeoffice para terminar los pendientes”, etc. Es para que te des cuenta que tu realidad está en tu mente no en tu entorno.
No has perdido. Te han liberado de cargas y faltan más. La vida no se trata de encontrarte. La vida es sobre CREARTE.
Es momento de reinventarte. Eres polvo de estrellas y sólo falta que encuentres la paz en tu corazón, dejes de resistir y aceptes para que puedas empezar a escuchar el latido que va a guiar tus pasos. Cualquier idea, cualquier impulso que venga de tu corazón es una guía certera.
Es momento de abrazar la reinvención de quien ERES. No siempre has sido la misma persona y siempre estarás transformándote, no llores a la oruga, honra la mariposa que hoy se está gestando en tu interior. No duele cambiar el ADN, duele no volar. Estás destinado/a para más.
Es el momento… Abrázalo.
En ese entonces yo me resigné a sobrevivir, no creí que mereciera vivir. Al rendirme desde el corazón me encontré, me reconocí y acepté todos los procesos que me han transformado y pude crear la vida que no sabía que anhelaba.
Empezar de cero no es una pérdida, es una oportunidad.
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