Alimentos y emociones: a nutrir los órganos y el bienestar


Alimentos y emociones: a nutrir los órganos y el bienestar

Autora: Carmen María Vallejo

Instagram: vallejocarmenmaria

Comer va de la mano con las emociones. Desde que nos alimentamos al nacer, hay afecto de por medio, además de gustos, sensaciones y sentimientos relacionados con lo que comemos, cómo lo hacemos y con quién. Los alimentos producen serotonina, calman la ansiedad o pueden generarnos sentimientos de culpa o de alegría. También podemos bloquear órganos y los sentimientos asociados con ellos, si están mal nutridos. La autora Loise Hay, publicó varias investigaciones sobre las enfermedades asociadas a significados de origen psicosomático, demostrando relaciones entre ciertos órganos y las emociones. (Hay, 2017)

La comida y bebida está conectada con nuestra relación con el mundo, con nosotros mismos y con los demás. En algunas religiones se incluye el ayuno como práctica espiritual, se motivan o prohíben ciertos consumos y/o se plantean rituales alrededor de prácticas alimentarias. Muchos de los momentos importantes se celebran alrededor de la comida y hay rituales con bebidas por todo el mundo. 

Sugerimos a los lectores a observar su forma de alimentarse y las emociones que están involucradas, para así descubrir si hay hábitos que puedan implementar, o que deben quitar, para nutrirse emocional y/o alimentariamente de mejor manera. Lo ideal es llevar un diario de al menos una semana para tener un registro de hábitos alimenticios y relación con las emociones, y así poder regularlas con más consciencia. Estas preguntas sirven de guía:

En cada comida del día: ¿Cómo te sientes antes y después de ingerir los alimentos? 

¿Comes o bebes entre comidas, dónde, qué, con quién y qué emociones te genera eso que comes o bebes? 

¿Tienes una rutina establecida en relación a los alimentos? ¿Los preparas? ¿Alguien lo hace por ti? ¿Qué emociones te generan en general?

¿Qué bebidas tomas? ¿Cómo lo haces y cómo te sientes antes y después?

Además puntualizamos algunas recomendaciones de psicólogos para acercarnos a los alimentos con emociones que permitan disfrutarlos y tomarlos en proporciones saludables.

  • Regula tu estado de ánimo conscientemente. Puedes tomar agua para calmarte o comer fruta en momentos de ansiedad. Ten a la mano frutas, agua de limón o verduras en trocitos, hazlo despacio y obsérvalo. Si eres de los que se atasca de chocolates, helado, frituras u otros alimentos con ansiedad o tristeza, antes de hacerlo considera salir a caminar un rato, tomar algunas respiraciones profundas, conversar con alguien de confianza, rezar, darte un masaje. Te sentirás mejor, pues tomar estas ingestas perjudica tu salud integral. Pregúntate: ¿Realmente tengo hambre o es una emoción la que me acerca a la comida? ¿Cuál es esa emoción y de qué manera la puedo manejar mejor?
  • Haz ejercicio diario, aunque sea corto. Por lo general, las personas sedentarias y que manejan antojos, son las que presentan más problemas de sobrepeso por calmar con estas sus emociones. El ejercicio es una gran medicina y puedes poco a poco agregar más y más a tu rutina.
  • Observa si funciona para ti seguir restricciones o dietas continuamente, pues hay muchos casos en los que no. Las prohibiciones pueden funcionar como pedirte que no pienses en una mariposa amarilla en la sala. El cerebro inconsciente borra el no y se puede obsesionar con la imagen ante la simple propuesta de olvidarla. (Servián, 2020)
  • Aprende sobre qué alimentos nutren tus órganos y las emociones que se asocian a ellos. Así podrás saber qué necesitas consumir más para equilibrar tus emociones y tu salud integral.  

Algunas claves son:

Cerebro – Los omega 3 calman y desinflaman, por lo tanto puedes consumir nueces, aceites saludables y pescados ricos en este componente y alimentar el cerebro y el bienestar. La cúrcuma también es antinflamatoria y produce sensación de bienestar. También se recomienda frutos secos que tienen magnesio, hierro, ácido fólico, como por ejemplo el anacardo, más comúnmente conocido como nuez de la india. Alimentos con triptófano, hacen más serotonina que afecta el cerebro y el sistema nervioso, se recomienda los cereales integrales, ricos en vitamina B. Está relacionado el cerebro con la depresión.

Estómago, intestinos – Las bacterias buenas desde los intestinos afectan impresionantemente el bienestar integral y estado de ánimo. Consume frutas con fibra (no en jugos), vegetales crudos en su mayoría y lácteos fermentados para alimentar la microbiota. Además el páncreas y los intestinos necesitan hortalizas de raíz como zanahoria, cebolla, calabaza; y consumir un dulzor natural que evite el azúcar en especies como cardamomo, canela, anís, clavo y vainilla. El estómago está asociado con la ansiedad y tenerlo saludable y a los órganos del sistema digestivo te puede enriquecer en seguridad y valentía.

Hígado – Evita el alcohol que lo bloquea y genera emociones como la ira, cólera agresividad o impaciencia. Consume verduras verdes, mejor si están crudas. También puedes preparar con un extractor jugos de apio en ayunas que ayuda a desintoxicarlo. Es necesario hacerlo cuando se ven problemas de piel. También son buenos para el hígado los cereales integrales, legumbres y verduras. 

Riñones – Son como las baterías del cuerpo, nutrirlos te tendrá vital y de mejor ánimo. Para ellos se recomienda consumir tunas, sal de mar y en general mariscos frescos. Los riñones se asocian con el miedo y tenerlos nutridos da coraje y la capacidad de acción.

Pulmones – El sistema respiratorio se ha relacionado con la tristeza o alegría. Se fortalece consumiendo ajo, cebolla, rábanos, jengibre, cítricos como naranjas, limones. también frutos del bosque. Además la manera de respirar y calidad de aire lo nutre.

Corazón – Se fortalece con antioxidante y también con grasas buenas. Se recomienda los frutos rojos como moras, también alimentos ricos en fibra. Está muy relacionado con el amor.

Tanto lo que comemos afecta las emociones como lo que sentimos afecta cómo nos alimentamos, así que nutramos ambos aspectos. Con órganos fuertes podemos igual estar emocionalmente más sanos. Sintámonos bien al cuidarnos e ir avanzando en bienestar con órganos y sentimientos saludables, construidos hábito por hábito. Cuenta con el apoyo de Habits.ai.

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